La Festividad del Señor de Qoyllur Rit’i (en quechua: “Estrella de Nieve”) es una de las celebraciones religiosas más importantes del Cusco, reconocida por su mezcla de espiritualidad católica y cosmovisión andina. Se realiza anualmente en el distrito de Ocongate, provincia de Quispicanchi, en la región de Cusco, a más de 4,600 m s.n.m., al pie del nevado Sinakara.
Esta peregrinación se realiza 40 días después del Domingo de Resurrección, generalmente a fines de mayo o principios de junio, coincidiendo con la festividad del Corpus Christi.
Más de 60,000 peregrinos acuden cada año desde diversas regiones del país y del extranjero, muchos caminando durante días, para llegar al santuario del Señor de Qoyllur Rit’i.
Para esta peregrinación se hacen presente 8 “naciones” que son: Paucartambo, Quispicanchi, Canchis, Acomayo, Paruro, Tawantinsuyo, Anta, Urubamba. Estas representan las distintas comunidades y provincias de la región cusqueña que participen en la peregrinación.
En 2011, la UNESCO declaró esta celebración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por su riqueza simbólica, su profundidad espiritual y su papel en la preservación de las tradiciones andinas.
Se realiza entre fines de mayo y principios de junio, 40 días después del Domingo de Resurrección, coincidiendo con el Corpus Christi. La celebración dura cerca de una semana, aunque muchos peregrinos llegan antes para aclimatarse o preparar danzas y ofrendas. Los peregrinos se organizan en “naciones”: delegaciones según su procedencia.
Estas naciones son: Paucartambo, Quispicanchi, Canchis, Acomayo, Paruro, Tawantinsuyo, Anta, Urubamba, cada nación tiene danzarines, músicos, y “alferados”.
Qoyllority ( o Qoyllor Riti) en quechua significa “estrella de nieve” o “nieve brillante”.
El nombre se refiere a la imagen de Cristo en la roca, que se ve resplandeciente sobre la nieve. Para los peregrinos, la imagen de Cristo en la nieve representa una conexión entre lo celestial y lo terrenal, así como la fuerza y la protección de la montaña.
Según la tradición oral, un joven pastor indígena llamado Mariano Mayta se encontraba cuidando su ganado cerca del nevado. Un día conoció a un niño misterioso, vestido elegantemente, llamado Manuel, quien le ofrecía comida, compartía juegos y conocimientos. Mariano se sintió reconfortado por su compañía y lo consideró su amigo celestial.
Un sacerdote del pueblo, intrigado por las historias de Mariano, fue a buscar al niño Manuel. Al llegar al lugar, encontró que el niño había desaparecido, y en su lugar, sobre una gran roca, había quedado impresa la imagen de Cristo crucificado, grabada milagrosamente en la piedra. Se dice que Mariano murió poco después, al enterarse de que su amigo no era humano, sino una manifestación divina.
La roca con la imagen de Cristo se convirtió desde entonces en un lugar sagrado. Sobre ella se construyó el actual Santuario del Señor de Qoyllur Rit’i, que aún hoy es venerado por miles de fieles.
A lo largo de los siglos, el culto al Señor de Qoyllur Rit’i se ha consolidado como una de las más profundas expresiones de sincretismo religioso en los Andes. Para los pueblos quechuas, la imagen representa no solo a Cristo, sino también al Apu protector, al espíritu de la montaña, y a la conexión entre el hombre y la naturaleza.
Miles de peregrinos, provenientes de distintas regiones del país, caminan hacia el santuario del Señor de Qoyllur Rit’i, ubicado en las faldas del nevado Sinakara, en el distrito de Ocongate, provincia de Quispicanchi, Cusco, a más de 4,600 metros sobre el nivel del mar.
La peregrinación comienza en el poblado de Mahuayani, desde donde se recorren a pie aproximadamente 8 kilómetros por caminos de montaña. Durante la caminata, los peregrinos elevan oraciones, cantos y ofrendas, mientras avanzan en grupo junto a sus respectivas “naciones” o comunidades. La ruta es exigente por la altitud y el clima frío, pero representa una muestra de resistencia y devoción.
Esta celebración es una mezcla de religiosidad católica e identidad andina. El Señor de Qoyllur Rit’i representa tanto al Cristo crucificado como a los apus o espíritus de las montañas, lo que convierte a la peregrinación en un acto de fe y también de conexión con la naturaleza. Uno de los momentos más simbólicos es la participación de los ukukus, personajes míticos con trajes oscuros y máscaras, quienes suben al nevado en la madrugada para recoger hielo sagrado, considerado purificador por las comunidades.
La peregrinación al Señor de Qoyllur Rit’i no solo es un acto religioso, sino también una afirmación de identidad cultural, un encuentro comunitario y un testimonio vivo del sincretismo andino. En 2011 fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por su profundo valor espiritual y su importancia en la preservación de las tradiciones andinas.
La festividad del Señor de Qoyllority se da a cabo al pie del monte Colquepunco en el nevado de Ausangate, distrito de Ocongate, provincia Quispicanchi.
La peregrinación empieza desde la comunidad de Mahuayani hacia el santuario donde se encuentra la piedra con la imagen de Jesús Crucificado, la Capilla de la Virgen de Fátima, Unupata que es el agua sagrada, las apachetas, y Pukllanapata que es el área de juego sagrado.
Durante la peregrinación al Señor de Qoyllur Rit’i, las danzas ocupan un lugar central. No son solo actos artísticos o festivos: son formas de comunicación con lo divino, y símbolos de identidad cultural de cada “nación” o delegación que participa en esta celebración. Cada danza tiene su propio significado, vestimenta, música y función ritual, y se presenta con profundo respeto y compromiso.