Junio es la mejor época para hacer turismo cultural en Cusco. Este mes trae muchas celebraciones, pero el Corpus Christi es quizás la más especial de todas. En esta procesión, miles de cusqueños se unen para honrar a sus quince santos patrones, vistiéndolos con los mejores trajes para cargarlos por toda la ciudad.
Se trata de la fiesta viva más antigua de América, con más de 450 años de historia católica y con mucha herencia prehispánica. En Illapa Culturas Andinas estaremos más que orgullosos de guiarte en una de nuestras fiestas favoritas.
Si el Corpus Christi mantiene su esplendor es gracias a los miles de cusqueños que le tienen devoción a sus santos. Son 15 estatuas gigantescas de Santos y Vírgenes, cada una cubierta de trajes lujosos, joyas, flores y platería. El primer día de la procesión los llevan cargados de sus parroquias a la Catedral del Cusco, junto con músicos y muchos creyentes.
Se dice que en las noches que pasan reunidos en la Catedral, los santos hablan entre sí. El segundo día es el principal, en que salen uno por uno los santos a dar una vuelta en la Plaza Mayor del Cusco y regresan a la Catedral en el siguiente orden:
1. San Antonio (parroquia de San Cristóbal)
2. San Jerónimo (parroquia del distrito de San Jerónimo)
3. San Cristóbal (parroquia de San Cristóbal)
4. San Sebastián (parroquia del distrito de San Sebastián)
5. Santa Bárbara (parroquia del distrito de Poroy)
6. Santa Ana (parroquia de Santa Ana)
7. Santiago Apóstol (parroquia de Santiago)
8. San Blas (parroquia de San Blas)
9. San Pedro (parroquia de San Pedro)
10. San José (parroquia de Belén)
11. Virgen de la Natividad (parroquia de Almudena)
12. Virgen de los Remedios (iglesia de Santa Catalina)
13. Virgen Purificada (parroquia de San Pedro)
14. Virgen de Belén (parroquia de Belén)
15. Virgen de la Inmaculada Concepción (Basílica de la Catedral)
El principal organizador del Corpus Christi es el pueblo cusqueño mismo. Cada Santo tiene su Mayordomo o “Carguyoq” que se sacrifica por su parroquia para conseguir subsanar todos los gastos de la fiesta. Se busca quien ayude con la ropa, con la comida, con la música, etc.
Sin embargo, el pueblo cusqueño es por naturaleza generosa, especialmente para honrar a sus Dioses que es el más grande de los orgullos. Y los Santos tampoco abandonan a sus fieles, pues es de conocimiento popular que todo lo que se da bondadosamente, la vida te lo retorna diez veces más.
De modo que los cusqueños renuevan el Corpus Christi cada año, pero siempre respetando las tradiciones. Por ejemplo, es tradición la carrera de San Jerónimo con San Sebastián por ver qué comparsa llega primero al centro de la ciudad. Y así cada Santo y cada Virgen tiene su idiosincrasia y su historia propia.
La Virgen de Belén es conocida como la más lujosa y elegante, que no solo tiene uno sino dos trajes que se cambia a lo largo de la fiesta. Por su lado, San Cristóbal es temido en las procesiones porque sus cargadores caminan descuidadamente, años atrás incluso borrachos, por lo que chocaban con la gente en las calles.
El Corpus Christi no es como cualquier fiesta católica; es, en el fondo, una fiesta netamente indígena que muestra la fe inquebrantable de los peruanos. Muchas de las creencias y prácticas religiosas indígenas fueron adaptadas al catolicismo permitiendo que sobrevivan bajo el dominio español.
Se cree que la tradición de sacar a los Santos en procesión proviene del Imperio Inca, en que cada familia real o “panaca” sacaba en procesión a las momias de sus antepasados con vestimentas lujosas, flores y metales preciosos.
Otra herencia indígena del Corpus Christi es el chiri uchu, un famoso plato que únicamente se come en estas fechas. Este plato proviene de las grandes fiestas del Imperio Incaico a las que asistían miles de personas de los cuatro Suyos. Esta conglomeración de culturas llevaba al intercambio y a la combinación de alimentos muy distintos. Es por esto que en nuestro chiri uchu se sirven varios tipos de carne como cuy, pollo, charqui o cecina, chorizo y morcilla acompañados de huevera de pescado, algas marinas, maíz tostado, queso, rocoto y de torrejas hechas de maíz y zapallo. Según se dice, el secreto del chiri uchu está en la combinación de sabores, pues separados los ingredientes no tienen nada de especial.
El Corpus Christi es realmente una fiesta mágica que se encuentra arraigada a la identidad quechua de los cusqueños. Desde sus inicios, la nobleza indígena convertida al catolicismo ha asistido con sus trajes incaicos y con sus tradiciones religiosas.
Hoy, la población cusqueña sigue asistiendo con sus atuendos tradicionales, llevando ofrendas e instrumentos andinos y hablando el quechua en las ceremonias. El comunitarismo andino también se vive en los grupos de devotos y cargadores de cada Santo o Virgen, cuyas parroquias siguen estando sobre las antiguas wakas sagradas.
La devoción católica es finalmente un vehículo para mantener la fe andina, que viene renovando año tras año hace más de 450 años.
