Machu Picchu, una de las maravillas del mundo moderno, no solo destaca por su legado arqueológico y cultural, sino también por su riqueza natural. Esta antigua ciudadela inca se encuentra dentro del Santuario Histórico de Machu Picchu, una reserva natural protegida que abarca más de 32,000 hectáreas.
Gracias a su ubicación geográfica y variaciones altitudinales, el santuario posee una gran diversidad ecológica. Este ecosistema diverso convierte a Machu Picchu en uno de los lugares con mayor biodiversidad del Perú, y en un punto clave para la conservación ambiental.
Explorar su flora y fauna permite no solo admirar la belleza natural del lugar, sino también entender la importancia de proteger estos ecosistemas, que complementan la majestuosidad de la obra humana dejada por los incas.
El Santuario Histórico de Machu Picchu no solo destaca por su valor histórico, sino también por su biodiversidad; en sus tierras se encuentran especies como el oso de anteojos, venados andinos y una variada flora como los queñuales, claveles, helechos, orquídeas, etc.
Es crucial conocer las especies en peligro de extinción y la importancia de preservar este ecosistema único, todos debemos actuar para proteger su biodiversidad y asegurar su conservación.
Machu Picchu se encuentra en la región de la ceja de selva. Esta ubicación le otorga un clima subtropical húmedo, con una marcada diferencia entre la temporada de lluvias (de noviembre a marzo) y la temporada seca (de abril a octubre).
Este entorno favorece el desarrollo de un ecosistema de bosque nuboso, rico en biodiversidad y endemismo. Los bosques están cubiertos por musgos, orquídeas y helechos gigantes, y sirven de refugio para especies como el oso andino, el gallito de las rocas y cientos de variedades de mariposas y aves.
El Santuario Histórico de Machu Picchu es considerado una área natural protegida, y uno de los ecosistemas más frágiles y valiosos del Perú, esencial tanto para la conservación biológica como para la identidad cultural del país.
En Machu Picchu podemos observar una gran variedad de animales como el oso de anteojos, puma, venados andinos y aves; también se encuentran el gallito de las rocas, vizcachas y otros mamíferos.
Además de estos, habitan en el lugar llamas, vicuñas, monos aulladores, reptiles y anfibios, todos parte del ecosistema único de la zona.
La biodiversidad en Machu Picchu es notable por la gran cantidad de plantas que alberga, con 2,354 especies autóctonas documentadas, entre ellas destacan orquídeas, bromelias, helechos y diversos tipos de árboles.
Esta diversidad vegetal no solo enriquece el paisaje, sino que también juega un papel crucial en el equilibrio ecológico del lugar, la presencia de estas especies subraya la importancia de conservar el ecosistema.
A continuación, se detallarán las especies clasificadas en diferentes categorías, incluyendo aquellas en peligro de extinción; estas especies podrían mejorar su situación a través de esfuerzos de conservación y otros factores que influyen en su supervivencia.
Es importante tener en cuenta que la situación de las especies en riesgo puede cambiar con el tiempo, dependiendo de las acciones tomadas para protegerlas y preservar su hábitat natural.
El oso de anteojos, también conocido como oso andino: es una especie única que habita libremente en el Santuario Histórico de Machu Picchu; este es el único lugar en América del Sur donde se pueden ver estos osos caminando en su hábitat natural, ya que son una especie protegida.
Los osos de anteojos se distinguen por su pelaje negro y manchas amarillentas en forma de círculo alrededor de los ojos, aunque son considerados una de las especies de osos menos agresivas y toleran la presencia humana, es recomendable mantener una distancia segura si se encuentran.
Si tienes suerte, podrías avistar uno de estos osos tanto dentro del santuario como a lo largo del Camino Inca, aunque siempre es importante ser respetuoso con su espacio y entorno.
Especie emblemática y en peligro de extinción. Es el único oso sudamericano.
La vizcacha: es un roedor que habita en las montañas de hasta 5,000 metros sobre el nivel del mar, se distingue por su pelaje abundante y suave, orejas grandes y una apariencia similar a la de un conejo.
Su alimentación se basa principalmente en paja o ichu, adaptándose a su entorno montañoso.
El venado andino o taruca: es otro de los animales que habitan en las altas montañas. Se distingue por su pelaje gris oscuro y cuernos, adaptándose a las alturas donde vive de forma solitaria. Este animal es común en las zonas más elevadas del Santuario Histórico de Machu Picchu.
Las llamas y alpacas: se encuentran comúnmente en los pueblos cercanos a Machu Picchu, donde son utilizadas como medio de transporte; la llama tiene un cuello largo y un pelaje denso, mientras que la alpaca tiene un cuello más corto, rostro redondo y también un pelaje grueso.
Ambos animales son esenciales en la vida cotidiana de la región.
Murciélagos: Son vitales para la polinización de plantas como orquídeas.
Tangaras y loros son frecuentes y están en los árboles frutales y bromelias, estas aves multicolores viven en grupos y son muy activas. Contribuyen a la dispersión de semillas. Algunos loros están amenazados por el tráfico ilegal
Aves rapaces, como el águila crestada y halcones, son depredadores que ayudan a regular poblaciones de roedores y aves pequeñas.
Tucanes y quetzales, aunque más raros de ver, pueden aparecer en zonas bajas del santuario. Suelen habitar bosques densos y se alimentan de frutas e insectos.
Los colibríes son aves endémicas de la región de Cusco y se encuentran en casi todo el sector; son esenciales para el ecosistema, ya que actúan como polinizadores de diversas plantas, contribuyendo significativamente a la biodiversidad local. Son más de 30 especies se han registrado. Se alimentan del néctar de orquídeas y flores silvestres. Son esenciales para la polinización de muchas plantas.
El gallito de las rocas, ave nacional de Perú, vive en las regiones andinas y tropicales; esta especie, que mide 32 centímetros, es comúnmente vista en el trayecto entre Aguas Calientes y las cataratas de Mándor, donde su vibrante colorido resalta en su hábitat natural.
Es ave es considerado el ave nacional del Perú. Los machos poseen un plumaje rojo anaranjado brillante con alas negras. Habita los bosques nublados y realiza danzas rituales para atraer a la hembra. Es un símbolo de biodiversidad en Machu Picchu. En el Camino Inca, estas aves pueden ser vistas en los riscos montañosos, camufladas entre la vegetación.
Dentro del Santuario Histórico de Machu Picchu se han registrado diversas especies de anfibios y reptiles; según investigaciones del Sernanp (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas), se han identificado 12 especies de anfibios y 22 de reptiles, destacando la biodiversidad del lugar.
En Machu Picchu, se pueden encontrar diversas especies como ranas, sapos, lagartijas, serpientes y otras, que forman parte de la rica biodiversidad del santuario, estas especies contribuyen al equilibrio ecológico del área, siendo esenciales para su ecosistema.
Serpientes:
Hay especies como la Bothrops andianus (víbora andina), aunque la mayoría no son venenosas. Su presencia indica un ecosistema saludable. Son difíciles de ver por sus hábitos nocturnos y camuflaje.
Ranas:
Como la Telmatobius marmoratus y Pristimantis pharangobates, adaptadas a climas húmedos. Se refugian en bromelias y su canto es audible por la noche. Son bioindicadores de la calidad del ecosistema.
Lagartijas:
Comunes en zonas rocosas, se camuflan fácilmente. Regulan las poblaciones de insectos. Algunas especies son endémicas del sureste peruano.
El Santuario Histórico de Machu Picchu también alberga una gran variedad de insectos, incluyendo moscas de arena, mosquitos y otras especies.
Estos insectos juegan un rol importante en el ecosistema local, contribuyendo a la biodiversidad del área.
Mariposas hay más de 300 especies registradas, como la Morpho sulkowskyi (de alas iridiscentes). Son importantes polinizadoras y su ciclo vital depende de la presencia de plantas específicas.
Escarabajos, abejas y hormigas:
Ayudan en la descomposición de materia orgánica y en el mantenimiento del suelo. Las abejas silvestres nativas también cumplen funciones polinizadoras clave.
En Machu Picchu, es recomendable visitar la casa del mariposario, donde se puede observar todo el proceso de vida de las mariposas; este lugar alberga 300 especies diferentes, lo que lo convierte en un punto clave para quienes desean conocer la diversidad de mariposas de la zona.
En este párrafo vamos a hablar sobre los árboles, plantas medicinales y arbustos que podemos encontrar en el Santuario de Machu Picchu.
El clima único de la región de Machu Picchu favorece el crecimiento de una amplia variedad de especies vegetales; el Santuario ha sido cuidadosamente documentado, con un total de 2,354 especies de plantas autóctonas registradas en la zona.
Además, el santuario alberga una gran diversidad de árboles, con aproximadamente 50 especies identificadas hasta ahora; entre ellas se encuentran el aliso, cedro, quina, molle, los queñuales, helechos, puyas, floripondios, claves y las famosas orquídeas, que suman unas 400 especies.
En tiempo de los incas se usaban las plantas como remedios preparados a base de estas hierbas que tenían propiedades curativas, estas son las plantas que se usaban:
El gallito de las rocas, el oso de anteojos y la taruca están en peligro de extinción debido a la caza ilegal y la pérdida de su hábitat natural; estas especies enfrentan el riesgo de desaparecer si no se toman medidas para protegerlas.
El oso de anteojos se encuentra en situación vulnerable en todo el Perú, lo que resalta la urgencia de conservar su entorno; su población ha disminuido debido a la intervención humana y la destrucción de su hábitat en las regiones andinas.
El lobo de río también está en grave peligro debido a la destrucción de su hábitat por el crecimiento de las ciudades y la explotación de recursos naturales como la madera, la pérdida de su entorno acuático pone en riesgo su supervivencia.
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