Waqrapukara es una fortaleza inca ubicada en la provincia de Acomayo, es perfecto para aquellos que les gusta disfrutar de la historia y arqueología, ya que destaca por sus terrazas, plazas, y sus construcciones megalíticas, se cree que tuvo un rol muy importante en la organización social y militar del imperio inca, estuvo probablemente en uso durante el apogeo del Imperio Inca, antes de ser abandonado con la llegada de los colonizadores. Si deseas visitarla esta guía te ayudará.
La palabra "Waqrapukara" proviene del quechua, donde "Waqra" significa cuerno y pukara se traduce como fortaleza; así el nombre puede interpretarse como fortaleza de los cuernos, en referencia a la forma de las construcciones y las rocas cercanas, este nombre refleja a la combinación de la naturaleza con la construcción del sitio.
Es un sitio arqueológico inca que data de la época prehispánica, aunque su función exacta no está completamente clara, pero se cree que fue una fortaleza o centro ceremonial, utilizado para fines militares y religiosos.
Antes de los incas, Waqrapukara fue habitada por grupos como los Qhapaq Ñan, ya que habían construido caminos y estructuras defensivas; aunque los incas no fueron quienes construyeron la fortaleza, ellos son los que integraron el sitio en su red de estructuras al expandirse por los Andes, los Qhapaq Ñan ya usaban la zona para fines defensivos y ceremoniales.
Durante la época incaica, se convirtió en un centro ceremonial y estratégico clave para la defensa del sur del Imperio Inca, es menos conocida que otros sitios, la fortaleza jugó un papel importante en las luchas por el control de la región andina; demás, se utilizaba para rituales religiosos, dedicados a la Pachamama y dios sol (Inti).
Tras la conquista española, Waqrapukara perdió su relevancia y fue olvidada, ya que los españoles no la consideraron importante, durante el periodo colonial, la fortaleza se deterioró, pero su ubicación remota ayudó a preservarla; fue en el siglo XX cuando se redescubrió su valor histórico.
Hoy en día, es un creciente destino turístico conocido por su paisaje y su historia. Aunque no es tan famoso como otros sitios, su aislamiento ha ayudado a preservarlo, la fortaleza atrae a viajeros que buscan escapar de las rutas turísticas convencionales y explorar un lugar casi intacto.
Implica un viaje de 3 horas desde Cusco hasta la provincia de Acomayo, seguido de una caminata de 2 a 3 horas desde el pueblo de Pomacanchi; el recorrido es un tanto desafiante pero ofrece vistas impresionantes del paisaje andino, te recomendamos contratar un agencia que te pueda brindar todos los servicios para una experiencia más segura.
La mejor época para visitar esta zona, es en temporada seca que va de mayo a septiembre cuando las lluvias son menores y el clima es más templado; sin embargo, la temporada de lluvias (noviembre a marzo) ofrece paisajes más verdes, pero las rutas pueden volverse resbaladizas, si quieres una visita más segura y cómoda, es recomendable ir en la temporada seca.
El clima en Waqrapukara oscila las temperaturas diarias entre 15°C y 25°C, y en las noches frías puede bajar a 5°C o menos, debido a su altitud de 4,000 m.s.n.m, es importante estar preparado para las fluctuaciones de temperatura. Se recomienda ropa ligera para el día y abrigo para la noche, además de protector solar.
La fortaleza destaca por sus imponentes estructuras, templos y plataformas, que muestran la habilidad de los antiguos constructores, entre los puntos de interés están la Plaza Principal, las terrazas agrícolas y los recintos ceremoniales; además de ello también ofrece vistas impresionantes de los valles y montañas cercanas que lo rodean.
Está organizada en varias secciones interconectadas, con la Plaza Principal en el centro, rodeada de templos, plataformas y estructuras defensivas. La fortaleza aprovecha la geografía para ofrecer vistas panorámicas y cuenta con terrazas agrícolas que muestran el conocimiento avanzando de la ingeniería en ese tiempo.
Su singular forma con estructuras escalonadas y rocas inusuales, refleja la adaptación de los antiguos habitantes a su entorno para fines arquitectónicos y defensivos; las rocas que tiene un apariencia de "cuerno" refuerzan la idea de que el sitio tenía un significado simbólico relacionado con el culto a los elementos naturales y espirituales.
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